Es una meta que se construye en forma persistente y progresiva buscando alcanzar una dimensión espiritual que haga posible la felicidad del pueblo.
Puede entenderse a la justicia social como el concepto referido a la eliminación de diferencias sociales y económicas entre los grupos o las clases sociales que conforman una población.
La justicia social alude directamente a las desigualdades en las condiciones de vida y aboga por la consecución de alcanzar una sociedad más igualitaria, con un énfasis puesto de manera muy marcada en los menos favorecidos.
Argentina también ha hecho de este sintagma un medio de lucha política.
Es en la década del ’40 que la justicia social adoptaría cabal importancia de la mano del presidente Juan Domingo Perón, la justicia social se convertiría en una de las tres banderas del movimiento peronista, junto con la independencia económica y la soberanía política.
Por otra parte, en la década del ’50, la justicia social pasaría a formar parte de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, al ser utilizada y resignificada por el papa Pío XI al hablar de la pobreza. De acuerdo con su enunciado, la justicia social es una condición necesaria para acabar con las diferenciaciones entre ricos y pobres, pues consideraba que todas las creaciones y productos del hombre son en realidad bienes que les pertenecen a todos.